Ictus
y ejercicio físico.
Los accidentes cerebrovasculares,
ictus o apoplejías pueden ser definidas como una reducción abrupta de algunas
de las funciones cerebrales. La fisiopatología muestra el origen
aterotrombótico como el agente causante en un 85% de los casos, mientras que el
15% restante es atribuido a situaciones hemorrágicas (Longo, 2013).
En España, los datos
proporcionados por el Instituto Nacional
de Estadística (INE, 2010) sitúa el ictus como la segunda causa de muerte.
Afortunadamente el número de supervivientes por accidentes cerebrovasculares
resulta elevado, aunque en muchas ocasiones deben convivir con graves
discapacidades residuales. De todas las esferas afectadas, la motora es la de
mayor interés para el ejercicio físico, y en este sentido las principales
secuelas derivadas de un ictus son:
-
Reducción del equilibrio.
-
Reducción de la movilidad y funcionalidad de
brazo y mano.
-
Afectación funcional de la deambulación.
-
Pérdida de fuerza muscular y habilidad funcional
(English, 2010).
Adicionalmente, es conocido que
tras el ictus existen comorbilidades que se deberán controlar (Billinguer et
al., 2014):
La importancia de la realización
de ejercicio sistemático ha sido puesto de manifiesto por Morris et al. (2014)
debido a los beneficios que han sido constatados:
-
Reducción del riesgo de recurrencia del ictus.
-
Incremento de la velocidad de marcha.
-
Incremento de la movilidad.
-
Incremento de la calidad de vida.
-
Incremento de la fuerza muscular.
-
Incremento de la densidad mineral ósea.
Aunque no existe un consenso
sobre el diseño y la programación óptima de ejercicio físico para esta cohorte
de población sí que se han establecidos unas pautas iniciales que deben ser
consideradas:
Tal y como advierten
Palmer-McLean y Harbst (2002), muchos de los supervivientes comenzarán el
programa de ejercicio desde un nivel muy bajo, por lo tanto, esta recomendación
puede significar un objetivos para algunos, y un punto de partida para otros.
Sea cual fuere, no hay que olvidar que debido a que la patología es multifactorial
se deberá abordar como tal, contando con la participación activa de otros
profesionales del mundo sanitario, para poder obtener los mayores beneficios.
Puesto que la esfera motora no es
la única afectada tras un ictus, se invita a conocer algunas recomendaciones
asociadas a otras esferas para poder ayudar en mayor medida a una persona que
ha sobrevivido a un ictus, para ello se invita a la lectura de algunos puntos
generales de gran interés que puede localizar en http://www.anticoagulante.es/ictus/Noticias-V3385-Consejos_para_familia_y_cuidadores_de_una_persona_que_ha_sufrido_un_ictus.html
Así mismo se recomienda visitar
algunas webs de interés como las que se presentan a continuación:
Referencias bibliográficas.
Palmer-McLean K, Harbst KB. Stroke and brain injury. En Durstine JL, Moore GE (ed) Exercise
management for persons with chronic diseases and disabilities. Champaing IL:
Human Kinetics: 2002. pp 238-246.
Billinger SA, Arena R, Beranhardt J. Physical activity and exercise. Recommendations for
stroke survivors. A statement for healthcare professional form the American Heart
Association/ American Stroke Association. Stroke 2014; 45:1-22.
INE. Defunciones según causa de muerte-2010.
English C, McLennonn H, Thoirs K,
Coates A et al. Loss of skeletal muscle mass
after stroke: a systematic review. Int J
Stroke 2010; 5 (5): 395-402.
Gordon et al. AHA Scientific Statement: Phyiscal activity and
exercise recommendations for stroke survivors. Circulation 2004;
109-2031-2041.
Longo DL, Fauci AS, Kasper D. et al. (ed). Harrison, manual de medicina 18º ed. Madrid: McGraw Hill; 2013.
Pang MYC, Charlesworth SA, Lau RW et
al. Using aerobic exercise to improve
health outcomes and quality of life in stroke: evidence-based exercise
prescription recommendations. Cerebrovas
Dis 2013; 35: 7-22.
Morris JH, MacGillivray S, McFarlane
S. Interventions to promote long-term
participation in physical activity after stroke. A systematic review of the
literature. Arch Phys Med Rehab 2014; 95:956-967.
El presente
artículo pretende realizar una breve recomendación general para este situación
médica particular, lo cual NO SUSTITUIRÁ NUNCA, ni el diagnóstico ni el
tratamiento tanto médico como terapéutico que se pueda haber emitido. Así
mismo, se recomienda que si usted padece la situación tratada a lo largo del
artículo, se ponga en contacto con su médico, fisioterapeuta o prescriptor de
ejercicio para que puedan realizar un estudio profundo y personalizado de su
situación, pudiendo ajustarle al máximo la realización de ejercicio físico o el
tratamiento más acertado para usted.
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