Tradicionalmente se ha restringido sino contraindicado, el ejercicio de fuerza en personas con hipertensión arterial. Particularmente porque con la isometría o la cuasi-isometría muscular se alcanzaban valores muy elevados de fuerza y podría generar alteraciones cardiocirculatorias indeseables. En los últimos años, ha sido aplicada la isometría en personas con hipertensión arterial con resultados muy alentadores.
En mi experiencia personal con 2 personas afectadas por la hipertensión -obviamente nada significativamente estadístico-, tras 6 semanas de entrenamiento aplicando el protocolo descrito por Millar et al., (2013), tanto para manos como para piernas, se han reducido los valores de tensión arterial sistólica de un entrenado en 15 mmHg y 12 mmHg en el otro. Bien es cierto, que la aplicación durante los ejercicios isométricos se OBLIGABA a ventilar y al finalizar las series se tomaba la tensión arterial para detectar cualquier fluctuación anómala.
Se debe recordar que una variable que ejercer gran efecto negativo durante el entrenamiento de fuerza de alta intensidad y/o durante los ejercicios isométricos, es la tendencia a bloquear la ventilación. Esta situación, conocida como maniobra de Valsalva incrementa la tensión arterial. Por ejemplo, en 1985, McDougall y colaboradores registraron valores de 320/250 mmHg de media con un pico de 480/350 mmHG en un grupo de 5 culturistas que realizaban prensa de pierna con elevadas cargas y aplicando la maniobra de Valsalva. 10 años después, Norloch y Brandstater (1995) registraron la influencia que tenía la ventilación durante los ejercicios de fuerza a altas intensidades. Estos investigadores pudieron comprobar como para una misma intensidad (80% 1RM ó 100% 1RM), si se ventila adecuadamente existe una reducción de los valores de tensión arterial muy significativos como se puede comprobar en el gráfico publicado por los autores.
Por lo tanto, una alternativa interesante, especialmente para aquellas personas que no puedan alcanzar los mínimos de actividad física recomendada para reducir la tensión arterial o que no puedan llevar a cabo un programa de ejercicio de fuerza adecuado, los ejercicios isométricos pueden ser la solución, siempre y cuando se mantengan los criterios ventilatorios durante los ejercicios, y se respeten los protocolos que han demostrado su eficacia.
La oclusión vascular superimpuesta también parece tener un efecto positivo sobre las personas con hipertensión. Aspecto que se abordará más adelante.
Referencias bibliográficas.
En mi experiencia personal con 2 personas afectadas por la hipertensión -obviamente nada significativamente estadístico-, tras 6 semanas de entrenamiento aplicando el protocolo descrito por Millar et al., (2013), tanto para manos como para piernas, se han reducido los valores de tensión arterial sistólica de un entrenado en 15 mmHg y 12 mmHg en el otro. Bien es cierto, que la aplicación durante los ejercicios isométricos se OBLIGABA a ventilar y al finalizar las series se tomaba la tensión arterial para detectar cualquier fluctuación anómala.
Se debe recordar que una variable que ejercer gran efecto negativo durante el entrenamiento de fuerza de alta intensidad y/o durante los ejercicios isométricos, es la tendencia a bloquear la ventilación. Esta situación, conocida como maniobra de Valsalva incrementa la tensión arterial. Por ejemplo, en 1985, McDougall y colaboradores registraron valores de 320/250 mmHg de media con un pico de 480/350 mmHG en un grupo de 5 culturistas que realizaban prensa de pierna con elevadas cargas y aplicando la maniobra de Valsalva. 10 años después, Norloch y Brandstater (1995) registraron la influencia que tenía la ventilación durante los ejercicios de fuerza a altas intensidades. Estos investigadores pudieron comprobar como para una misma intensidad (80% 1RM ó 100% 1RM), si se ventila adecuadamente existe una reducción de los valores de tensión arterial muy significativos como se puede comprobar en el gráfico publicado por los autores.
Por lo tanto, una alternativa interesante, especialmente para aquellas personas que no puedan alcanzar los mínimos de actividad física recomendada para reducir la tensión arterial o que no puedan llevar a cabo un programa de ejercicio de fuerza adecuado, los ejercicios isométricos pueden ser la solución, siempre y cuando se mantengan los criterios ventilatorios durante los ejercicios, y se respeten los protocolos que han demostrado su eficacia.
La oclusión vascular superimpuesta también parece tener un efecto positivo sobre las personas con hipertensión. Aspecto que se abordará más adelante.
Referencias bibliográficas.
MacDougall JD, Tuxen D, Sale DG, Moroz
JR, Sutton JR. Arterial blood
pressure
response to
heavy resistance
exercise.
J Appl
Physiol,
1985;58: 785-90.
Norloch JA, Brandstater ME. Influence of breathing technique on arterial blood pressure during heavy weight lifting. Arch Phys Med Rehab, 1995;76:45762.
El presente artículo pretende realizar una breve recomendación general para este situación médica particular, lo cual NO SUSTITUIRÁ NUNCA, ni el diagnóstico ni el tratamiento tanto médico como terapéutico que se pueda haber emitido. Así mismo, se recomienda que si usted padece la situación tratada a lo largo del artículo, se ponga en contacto con su médico, fisioterapeuta o prescriptor de ejercicio para que puedan realizar un estudio profundo y personalizado de su situación, pudiendo ajustarle al máximo la realización de ejercicio físico o el tratamiento más acertado para usted.
Si te ha gustado esta entrada y quieres expresar o compartir tu opinión y/o experiencia, puedes participar añadiendo tu propio comentario.
Comentarios
Publicar un comentario