En los últimos años se están implantando diversas disciplinas, sin
entrar a mencionar sus nombres comerciales, que están prodigando el
entrenamiento extenuante como un común denominador para obtener múltiples
beneficios. Pese a que existen evidencias que sustentan los beneficios de
programas de ejercicio intenso, como en el caso del High Intensity Interval Training (HIIT)
(Gibala et al., 2012; Shiraev
et al., 2012; Kessler et al., 2012), se debe ser muy cauto en su aplicación. La
correcta evaluación y progresión desde el estado inicial resultan variables
cruciales para beneficiarse de cualquier programa de entrenamiento, no obstante
cuando el entrenamiento es ejecutado con intensidades muy elevadas y enormes
volúmenes de entrenamiento el riesgo de lesión y sobreentrenamiento aparecen. Así por ejemplo, el Colegio Americano de Medicina del Deporte
(ACSM) advirtió el increíble impacto que este tipo de actividades generaba
sobre la lesión musculo-esquelética entre los que destacaban los roturas
fibrilares, distensiones de ligamentos, fracturas por estrés y rabdomiolisis en
diversos niveles de gravedad (Bergeron et al., 2011).
Los autores del documento del
ACSM citado anteriormente enumeraron los siguientes aspectos negativos de los
programas extenuantes (Bergeron et al., 2011):
- Enorme fatiga.
- Gran estrés oxidativo.
- Menor resistencia para esfuerzos físicos
posteriores.
- Mayor percepción de esfuerzo progresiva.
- Las variantes con componentes competitivos
fuerza, en gran parte de los practicantes a cometer abusos y excesos, obviando
los principios de la progresión de la carga para el entrenamiento
-
Ejecución de técnicas con menor grado de
seguridad, probablemente derivado de la elevada intensidad que requiere el
esfuerzo de la práctica.
Sobre este último punto,
recientemente se ha publicado un estudio
epidemiológico retrospectivo sobre la cantidad de lesiones que sufrían los
atletas de strongman. En este
artículo, se pone de manifiesto que en este tipo de atletas, la gran mayoría de
lesiones son agudas y de moderada intensidad. Debido al gran esfuerzo y la
fatiga asociada (Winwood et al., 2014). El estudio realizado mediante una encuesta que registró
las lesiones de 213 atletas (con una media de edad de 31,7 años) durante un año
de práctica, evidenció que aparecían 5.5 ±
6.5 lesiones por cada 1000 horas de entrenamiento, las cuales se originaban
principalmente en el tendón (23 %) y lesiones musculares (38 %).
Teniendo presente los datos
presentados anteriormente parece lógico sugerir cautela y precaución a la hora
de realizar los ejercicios de fuerza durante los programas de acondicionamiento
extremo, para ello, se deberá procurar enseñar
una técnica de ejecución adecuada así como realizar las ayudas
pertinentes, que reduzcan el riesgo de lesión.
Entrena intenso pero con cuidado.
Referencias bibliográficas.
Gibala MJ, Little JP, MacDonald MJ, Hawley JA. Physiological adaptations to
low-volume, high-intensity interval training in health and disease. J Physiol 2012; 590.5: 1077-1084.
Shiraev
T, Barclay G. Evidence based exercise-clinical benefits of high
intensity interval training. Aust Fam Physician 2012; 41 (12): 960-962.
Kessler
HS, Sisson SB, Short KR. The potential for high-intensity interval
training to reduce cardiometabolic disease risk. Sports Med 2012; 42 (6):
489-509.
Winwood
PW, Hume PA, Cronin JB, Keogh JWL. Retrospective injury epidemiology of
strongman athletes. J Strength Cond Res 2014; 28 (1): 28-42.
Bergeron
MF, Nindl BC, Deuster PA, Baumgartner N, Kane SF, Kraemer WJ, Sexauer LR,
Thompson WR, O’Connor FG. Consortium for health and military performance
and American College of Sports Medicine consensus paper on extreme conditioning
programs in military personnel. Current Sports Medicine Reports 2011; 10 (6):
383-389.
Nota del
autor.
El presente
artículo pretende realizar una breve recomendación general para este situación
médica particular, lo cual NO SUSTITUIRÁ NUNCA, ni el diagnóstico ni el
tratamiento tanto médico como terapéutico que se pueda haber emitido. Así
mismo, se recomienda que si usted padece la situación tratada a lo largo del
artículo, se ponga en contacto con su médico, fisioterapeuta o prescriptor de
ejercicio para que puedan realizar un estudio profundo y personalizado de su
situación, pudiendo ajustarle al máximo la realización de ejercicio físico o el
tratamiento más acertado para usted.
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