En un reciente estudio, Hooper et al. (2013) han evidenciado como un entrenamiento de fuerza exhaustivo, con una carga de entrenamiento orientado a la fatiga alteraba la cinemática fe la rodilla y la cadera durante un patrón de movimiento basado en la sentadilla sin peso. Situación que desembocará en alteraciones posturales dinámicas (como incrementar el valgo) que bien podría suponer un riesgo para la salud articular.
El protocolo de ejercicio incluía los ejercicios de sentadilla, peso muerto y press de banca con una carga del 75% 1RM, y realizaban repeticiones desde 10 hasta 1, con el objetivo de provocar una clara fatiga en el sistema neuromuscular. Los sujetos fueron 12 hombres sanos con una media de 24 años, por lo que, aunque no se pueda extrapolar por los datos volcados por este estudio, si que se puede intuir, que en personas desentrenadas, o con un estatus de entrenamiento reducido podrás acusar con mayor magnitud estos cambios y suponer para ellos un riesgo.
Por lo tanto, atención a la hora de diseñar un programa de entrenamiento de fuerza, recordemos que deberíamos colocar los ejercicios estructurales y troncales al principio de la sesión (especialmente si se realizan con peso libre y con cargas moderadas altas). De la misma forma deberemos prestar atención a la relación intensidad volumen para evitar niveles de fatiga elevados. Y, finalmente, de ser necesario, se recomienda que la metodología fatigante se reserve para los primeros ejercicios y que posteriormente se ejecuten ejercicios con técnicas de ejecución más sencillas e incluso con estabilizadores externos (como por ejemplo, incluyendo ejercicios con máquinas).
Tomado del artículo original: Hooper DR, Szivak TK, Distefano LJ et al. Effects of resistance training fatigue on joint biomechanics. J Strength Cond Research 2013; 27 (1): 146-153.
El protocolo de ejercicio incluía los ejercicios de sentadilla, peso muerto y press de banca con una carga del 75% 1RM, y realizaban repeticiones desde 10 hasta 1, con el objetivo de provocar una clara fatiga en el sistema neuromuscular. Los sujetos fueron 12 hombres sanos con una media de 24 años, por lo que, aunque no se pueda extrapolar por los datos volcados por este estudio, si que se puede intuir, que en personas desentrenadas, o con un estatus de entrenamiento reducido podrás acusar con mayor magnitud estos cambios y suponer para ellos un riesgo.
Por lo tanto, atención a la hora de diseñar un programa de entrenamiento de fuerza, recordemos que deberíamos colocar los ejercicios estructurales y troncales al principio de la sesión (especialmente si se realizan con peso libre y con cargas moderadas altas). De la misma forma deberemos prestar atención a la relación intensidad volumen para evitar niveles de fatiga elevados. Y, finalmente, de ser necesario, se recomienda que la metodología fatigante se reserve para los primeros ejercicios y que posteriormente se ejecuten ejercicios con técnicas de ejecución más sencillas e incluso con estabilizadores externos (como por ejemplo, incluyendo ejercicios con máquinas).
Tomado del artículo original: Hooper DR, Szivak TK, Distefano LJ et al. Effects of resistance training fatigue on joint biomechanics. J Strength Cond Research 2013; 27 (1): 146-153.
NOTA:
El presente artículo pretende realizar una breve recomendación general para este situación médica particular, lo cual NO SUSTITUIRÁ NUNCA, ni el diagnóstico ni el tratamiento tanto médico como fisioterapéutico que se pueda haber emitido. Así mismo, se recomienda que si usted padece la situación tratada a lo largo del artículo, se ponga en contacto con su médico, fisioterapeuta o prescriptor de ejercicio para que puedan realizar un estudio profundo y personalizado de su situación, pudiendo ajustarle al máximo la realización de ejercicio físico o el tratamiento más acertado para usted.
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