Por
todos es conocido que el sedentarismo consiste en un estilo de vida donde
predomina la falta de movimiento. Este hábito resulta muy perjudicial para la
salud global de la persona, de hecho, recientemente se ha puesto de manifiesto
que la inactividad supone entre el 6-10% del total de muertes por enfermedad no
transmisible (Lee et al., 2012). Recientemente se han enumerado las principales
consecuencias del sedentarismo (Berkowitz & Clark, 2014) que quedan
resumidas en la siguiente tabla:
Daño cardíaco
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Incrementa el riesgo de patología cardíaca, generalmente por incremento
de la tensión arterial sistólica y/o por el aumento de la colesterolemia.
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Sobreproducción
pancreática
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Asciende la
producción de insulina, puesto que las células del organismo se vuelven
insulinoresistente, y con ello, incrementa el riesgo de padecer diabetes.
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Cáncer de colon
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La razón del
incremento de esta patología permanece desconocida, pero podría estar
asociada a que los movimientos regulan la producción natural de antioxidantes
que son natural killers, y regular los radicales libres.
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Mala función
muscular, descompensaciones
|
Hipotonía de los
músculos estabilizadores de la columna lumbar.
Flexores de cadera y
flexores de rodilla acortados.
Flaccidez de los
glúteos.
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Mala circulación
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Debido a la posición
se genera un pool venosos en la spiernas que puede desencadenar en varices y
edemas en los tobillos principalmente.
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Reducción de la
densidad mineral ósea
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Incremento de riesgo
de osteopenia y osteoporosis.
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Cervicalgias
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Asociadas al
síndrome cruzado superior por mala postura (por el cual se inhiben los
músculos flexores profundos del cuello junto a los romboides y el serrato;
y se contraen los pectorales con el
trapecio y el elevador de la escápula).
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Dolores en hombros y
espalda
|
Asociados a malas
posturas que desencadenarán descompensaciones musculares y activaciones de
puntos gatillos.
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Rigidez de columna
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Anquilosis de
columna, más pronunciada en la región lumbar.
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Daño en los discos
intervertebrales
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Aumentando el riesgo
de padecer protusiones y/o hernias
|
Para
evitar estos indeseables efectos, se debe atender a dos factores: 1) sentarse
correctamente; 2) romper las estancias prolongadas de estar sentado.
En
primer lugar, sentarse bien implica:
a)
No
inclinarse hacia delante.
b)
Mantener
hombros relajados.
c)
Brazos
próximos a los laterales del tronco.
d)
Codos
flexionados 90 º.
e)
Región
lumbar puede estar bien sujeta con dispositivos ergonómicos.
f)
Mantener
los pies apoyados en el suelo.
La
segunda variable implica romper las estancias prolongadas de estar sentado con
estrategias que puedan reducir los riesgos indeseables descritos anteriormente.
a)
Levantarse
y pasear unos minutos tras 60 minutos de sedestación mantenida.
b)
Sentarse
sobre un fitball o similar (nunca más
de 30 minutos) para estimular la musculatura estabilizadora del tronco.
c)
Alternar
trabajar sentado y trabajar de pié.
d)
Realizar
ejercicios de movilización como el gato-camello, o rotaciones no forzadas y con
velocidad controlada.
e)
Realizar
estiramientos suaves de flexores de cadera, de pectoral y de trapecio superior.
Las
experiencias de un reciente estudio australiano, basado en una intervención
multifactorial de 3 meses por la que se incitaba y facilitaba a los trabajadores
a que estuvieran más tiempo en movimiento y rompieran sistemáticamente las
estancias prolongadas de estar sentado desencadena mejoras sobre los
biomarcadores de salud metabólica y cardiovascular
Adicionalmente
si a estas estrategias se añade caminar fuerte entre 15 y 30 minutos todos los
días se reducirá considerablemente los principales riesgos de mortalidad así
como disfrutará sustancialmente de los beneficios sobre la salud (Wen et al.,
2011).
No
lo olvides, di no a más de 60 minutos sentado, rompe el sedentarismo.
Referencias
bibliográficas.
WEN CP, WAI JPM, TSAI MK et al. Minimum amount of physical activity for reduced mortality and extended
life expectancy: a prospective cohort study. Lancet 2011; 378: 1244-1253.
LEE I-M, SHIROMA EJ, LOBELO F et al. Effect of physical inactivity on major non-communicable diseases
worldwide: an analysis of burden of disease and life expectancy. Lancet 2012; 380: 219-229.
BERKOWITZ B & CLARK P. The
health hazards of sitting. The Washington Post Jan.20, 2014. Consultado
en http://apps.washingtonpost.com/g/page/national/the-health-hazards-of-sitting/750/
el 01/ Febrero 2014.
DUNSTAN DW, WIESNER G, EAKIN EG, et al. Reducing office workers’ sitting time: a rational and study design for
the Stand Up Victoria cluster randomized trial. BMC Public Health 2013; 13 (1):1057.
Nota del
autor.
El presente
artículo pretende realizar una breve recomendación general para este situación
médica particular, lo cual NO SUSTITUIRÁ NUNCA, ni el diagnóstico ni el
tratamiento tanto médico como terapéutico que se pueda haber emitido. Así
mismo, se recomienda que si usted padece la situación tratada a lo largo del
artículo, se ponga en contacto con su médico, fisioterapeuta o prescriptor de
ejercicio para que puedan realizar un estudio profundo y personalizado de su
situación, pudiendo ajustarle al máximo la realización de ejercicio físico o el
tratamiento más acertado para usted.
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