Una gran mayoría,
por no decir todos, hemos padecido alguna vez una rampa muscular, especialmente
tras un esfuerzo físico. Esté fenómeno que puede ser definido como una
contracción muscular (o de una sección de un músculo) involuntaria y dolorosa
(Drouet, 2013). Aunque se han desarrollado varias hipótesis que han pretendido
desvelar la etiología de este fenómeno, entre ellas ha destacado una, el
desequilibrio y/o depleción de electrolitos. Esta hipótesis, vincula la pérdida
de sodio, asociada principalmente por una excesiva sudoración a la aparición de
rampas. Sin embargo, no parece existir evidencias científicas que muestren tal
relación (Schwellnus,
2009), en el mismo sentido se han pronunciado en una reciente revisión en la
que no se encontró ningún estudio que asociará la ingesta de magnesio como
tratamiento profiláctico de rampas por ejercicio físico (Garrison et al.,
2012). Otro mineral al que se la han atribuido facultades profilácticas ante
las rampas inducidas por el ejercicio físico es el potasio, de ahí la creencia empírica
de que la ingesta de plátanos sería beneficiosa para la prevención de rampas.
Pero no se ha encontrado dicha relación (Miller, 2012). De esta investigación
se desprenden datos de gran interés, aunque resulta notable que la muestra fue
escasa (n=9) compuesta por hombres jóvenes (27± 4 años), por lo que se debe ser cauto con la
extrapolación de los datos a otros tipos de muestras:
Tras
ejercicio moderado a intenso en bicicleta (con unas condiciones ambientales de
36.4ºC ± 1.1ºC y 19.4% ± 2.5 % de humedad) con
una hidratación previa adecuada la ingesta de plátano no parece tener efectos
significativos.
La ingesta de un plátano (aproximadamente 150 gramos) o 2 plátanos
(aproximadamente 300 gramos) no incrementó significativamente los niveles de
potasio.
Así mismo, el escaso incremento de potasio en plasma solo se
observó en quienes ingerían dos plátanos, y el ascenso se apreció entre los 30
y los 60 segundos post ingesta.
La otra gran hipótesis estudiada, atribuye a la deshidratación la
culpa de la aparición de rampas musculares (Drouet, 2013), pero de nuevo las
evidencias parecen ser escasas como para
generar un consenso (Schwellnus, 2009). Finalmente, la hipótesis que mayor
cantidad de evidencias acumula es la que infiere que la alteración en la
contractilidad neuromuscular atribuida principalmente por la fatiga podría ser
la causa principal (Schwellnus, 2009). Esta hipótesis asocia las rampas a una
hiperexcitabilidad intramuscular de los axones terminales motores,
desencadenando disparos repetitivos de los potenciales de acción en las
unidades motrices de una forma irregular (Drouet 2013).
De todos estos datos se puede concluir que para evitar las rampas
inducidas por el ejercicio físico:
- 1-. Aun no existe un tratamiento preventivo eficaz.
- 2-. Resulta de gran interés acudir bien hidratado,
siendo las pautas del ACSM muy adecuadas en este sentido, además de para la
salud del practicante (ACSM, 2007).
- 3-. Ingerir 1-2 plátanos entre 30 a 60 minutos
antes del esfuerzo, principalmente por el incremento de glucosa que podría ser
otro mecanismo preventivo no estudiado, pero podría tener una asociación
directa (Miller, 2012).
- 4-. En el caso de padecer rampas post-esfuerzo,
realizar tratamiento mecánico aplicado estiramientos (Drouet, 2013).
- 5-. Puesto que la fatiga neuromuscular parece ser
el mecanismo involucrado, evitar llegar a esfuerzos extenuantes o claudicantes.
Referencias.
DROUET A. Management of muscle cramp: what’s to be done? Rev Prat 2013; 63 (5):
619-23.
GARRISON SR, ALLAN, GM, SEKHON RK, MUSINI VM & KHAN KM. Magnesium for skeletal muscle cramps. Cochrane Database Syst Rev 2012; CD099402.
SCHWELLNUS MP. Cause of exercise associated muscle cramps (EAMC): altered
neuromuscular control, dehydration, or electrolyte depletion? Br J Sports Med 2009; 43(6):401–408.
American College of Sports Medicine, Sawka MN, Burke LM, et
al. American College of Sports Medicine position stand: exercise and fluid
replacement. Med Sci Sports Exerc. 2007;39(2):377–390.
MILLER KC. Plasma
potassium concentration and content changes after banana ingestion in exercised
men. J Athletic Training 2012; 47 (6): 648-654.
Nota del
autor.
El presente
artículo pretende realizar una breve recomendación general para este situación
médica particular, lo cual NO SUSTITUIRÁ NUNCA, ni el diagnóstico ni el
tratamiento tanto médico como terapéutico que se pueda haber emitido. Así
mismo, se recomienda que si usted padece la situación tratada a lo largo del
artículo, se ponga en contacto con su médico, fisioterapeuta o prescriptor de
ejercicio para que puedan realizar un estudio profundo y personalizado de su
situación, pudiendo ajustarle al máximo la realización de ejercicio físico o el
tratamiento más acertado para usted.
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