Dr. Iván
Chulvi-Medrano NSCA-CPT
Drnda. Tamara Rial
(Profesora de la Universidad de Vigo)
Los músculos del periné forman parte de un complejo sistema
músculo aponeurótico que rodean la articulación sacroilíaca cuya función
principal es sostener los órganos de la cavidad pélvica. Estos músculos
contribuyen a tres grandes funciones, por un lado, la estabilidad, tanto
sacroilíaca como de la región lumbar (Sapsford, 2004; Sapsford et al., 2001).
Por otro lado, se encarga de mantener las vísceras dentro de la cavidad
abdominal, y por último mantiene la continencia.
Cuando la correcta estabilidad funcional del periné se
ve alterada por daños o alteraciones funcionales aparece el fenómeno de la
incontinencia urinaria en el esfuerzo. Este tipo de incontinencia dentro del ámbito
deportivo está caracterizado por las repetidas acciones que causan aumentos de
presión afectan a corto, medio o largo plazo a las estructuras de sujeción
pasivas del suelo pélvico pudiendo ocasionar pérdidas en momentos puntuales de
esfuerzo (Robles et al., 2006). Esta situación genera síntomas de la
incontinencia urinaria, durante la propia práctica, en mujeres entre 25 y 45
años con una prevalencia que se encuentra entre un 20 y un 50 % (Lone et al.,
2006). Adicionalmente se ha podido comprobar que en actividades de mayor
impacto incrementa la prevalencia de la misma (Nygaard et al.2005).
Los mecanismos de continencia urinaria son muy complejos y no
competen a este artículo, no obstante, debe destacarse que la correcta función
de la MSP resulta fundamental para una adecuada sinergia lumbo-pélvica. Diversos
estudios han puesto de manifiesto una correlación entre la fatiga y/o
disfunción de la MSP y la pérdida de orina. Esta fatiga, puede deberse entre
otras causas por un excesivo aumento de presión intrabadominal y fatiga/
aguante/ soporte muscular durante las actividades de alto impacto (como por
ejemplo algunas de las ejecutadas durante los entrenamientos de actividades
realizadas en los centros de fitness).
Existen abundantes referencias en la literatura que
muestran como las mujeres que realizan actividad física deportiva padecen una mayor incidencia de incontinencia
urinaria que las mujeres que no practican deporte (Cabrera et al., 2006). Parece
ser que esta elevada prevalencia también afectara a aquellas mujeres que
practica actividad física para mantener o mejorar su estado de salud.
Recientes investigaciones han puesto de manifiesto que
la práctica de ejercicio físico de alto impacto (en centros de fitness y
wellness), como puede ser saltar o desplazarse en grandes amplitudes con el
propio peso corporal incremente la incidencia de incontinencia urinaria incluso
en mujeres jóvenes (25.68 años de media), cuando se valora con el cuestionario
específico ICIQ-SF (Fozzatti et al.,
2012). En esta línea, Baessler y Junginger (2010) han comprobado mediante ecografía
como algunos ejercicio realizados en Yoga y Pilates resultan insuficientes para
soportar el cuello de la vejiga, resultando en un descenso del mismo. Este
hecho puede llevar a la pérdida de orina al no existir un soporte estructural
adecuado del cuello de la vejiga durante la realización del ejercicio.
Se destaca un reciente estudio Bo et al. (2011) sobre
la prevalencia de Incontinencia Urinaria en profesoras de Fitness que ponen de manifiesto como el 26,3% de
685 instructoras de actividades fitness
noruegas pese a su juventud (32.7 ±8.3 años) padecen síntomas de Incontinencia
Urinaria. Con referencia a las mujeres que practican actividades fitness en centros
deportivos, Virtuoso et al. (2009) encontraron en 100 mujeres con una media
edad de 69±9 una prevalencia del 50% de pérdidas urinarias.
Por ello se considera fundamental incorporar programas
de tonificación de la musculatura del periné en los centros de Fitness y
Wellness. Teniendo en cuenta la relación existente entre el ejercicio físico
de impacto y las lesiones del periné es esencial prevenir el debilitamiento de
la musculatura pélvica así como evitar gestiones inadecuadas de la presión
intraabdominal (Junginger et al., 2010).
Referencias bibliográficas.
Baessler K,
Junginger B. Gymnastics for urinary incontinence-destroying the myth. Int Urogynecol
J 2010; 21 (1): 248-256.
Bo K,
Bratland-Sanda S, Sundgot-Borgen J. Urinary incontinence among
group fitness instructor including yoga and pilates teachers. Neurol Urodynamics 2011; 30 83): 370-373.
Cabrera M.
La incontinencia urinaria en la mujer deportista de élite. Rev Iberoam
Fisioterapia Kinesiol 2006; 9 (2): 78-89.
Virtuoso JF, Balbé GP, Dias RG, Mazo G. Síntomas de la incontinencia urinaria en ancianos
practicantes de la actividad física. Fitness & Performance J 2009; 8 (5): 366-371.
Fozzati C, Ricceto
C, Herrmann V, Brancalion MF, Raimondi M, Nascif CH, Marques LR, Palma PP. Prevalence study of
stress urinariy incontinence in women who perform high-impact exercises. Int Urogynecol J 2012; doi 10.1007/s00192-012-1786-z
Lone C, Cruz A, Martínez J, Cánovas J, Gómez J. Prevalencia de incontinencia urinaria femenina en la
población femenina atendida en el área sanitaria de Alicante. Clínica e
Investigación en Ginecología y Obstetricia 2006; 38 (5): 172-177.
Nygaard I, Ingrid M, Girts M, Tammy D, Fultz HP,
Kinchen K, Pohl G, Sternfeld B.
Is urinary incontinence a barrier to exercise in women? Obstetrics &
Gynecology 2005; 106 (2): 307-314.
Sapsford RR, Hodges
PW, Richardson CA, Cooper DH, Maxwell SJ, Jull GA. Co-activation of the abdominal
and pelvic floor muscles during voluntary exercises. Neurol Urodyn 2001; 20
(1): 31-42.
Sapsford R. Rehabilitation of
pelvic floor muscles utilizing trunk stabilization. Man Ther 2004; 9 (1): 3-12.
Junginger B,
Baessler K, Sapsford R, Hodges PW. Effect of abdominal and pelvic
floor tasks on muscle activity, abdominal pressure and bladder neck. Int
Urogynecol 2010; 21 (1): 69-77.
Robles
JE, Sánchez P, Meldaña A, Walker C. Disfunciones de suelo pélvico. En Walker (Eds.), Fisioterapia en obstetricia y
uroginecología. Barcelona: Masson; 2006. Pp. 241-262.
Nota del autor.
El presente artículo pretende realizar una breve recomendación general
para este situación médica particular, lo cual NO SUSTITUIRÁ NUNCA, ni el
diagnóstico ni el tratamiento tano médico como fisioterapeútico que se pueda
haber emitido. Así mismo, se recomienda que si usted padece la situación
tratada a lo largo del artículo, se ponga en contacto con su médico,
fisioterapeuta o prescriptor de ejercicio para que puedan realizar un estudio
profundo y personalizado de su situación, pudiendo ajustarle al máximo la
realización de ejercicio físico o el tratamiento más acertado para usted.
Comentarios
Publicar un comentario