El ejercicio físico debe ser debidamente dosificado basándose en las guías actuales sobre diseño y programas de ejercicio físico. Dicha dosis, que supondrá el estrés/carga biológica que recibirá el organiso debe aplicarse con el ejercicio adecuado. Para ello, se debe atender a algunos aspectos cruciales: Para conocer los parámetros de eficacia, ergonomía y funcionalidad se requiere de indagar en la evidencia científica para conocer que ejercicios serían los adecuados. Con una adecuada dosis ajustada a las características de la persona y sus objetivos, y seleccionando los ejercicios con los que se va a aplicar atendiendo a los criterios que aparecen en el gráfico la programación del ejercicio tendrá un buen inicio, y para que no se quede ahí, no se deben olvidar los principios clásicos de progresión, sobrecarga, reversibilidad, día duro/día suave. Selección de ejercicios bajo una racionalización y no de forma indiscriminada e irracional.