Ir al contenido principal

SEXO Y DEPORTE. EL SECRETO ESTÁ EN LA FRECUENCIA.


Hace pocos días fue publicado un estudio que nos aportaba una buena notica por partida doble. La investigación fue publicada en una de las revistas de mayor prestigio en el campo de la salud, el The Journal of the American Medical Association (JAMA) el estudio capitaneado por la doctora Dahabreh ha concluido que tanto la actividad física como el sexo deben practicarse con cuanta mayor frecuencia mejor, puesto que la realización de alguna de estas dos actividades de forma esporádica, incrementa el riesgo de un episodio cardiovascular como el de infarto (Dahabreh y Paulus, 2011).
Los hallazgos de este trabajo de revisión y meta-análisis de los 14 estudios referencia sobre este tema permite fundamentar la necesidad de realizar actividad física y sexo de forma frecuente, en personas sedentarias con más de 60 años.  Así pues el mensaje está claro, de la misma forma que una persona que es sedentaria 6 días a la semana y juega una partida de pádel o se va a correr 10 kilómetros ve incrementado su riesgo de padecer un infarto, también sufre este riesgo la persona que mantiene relaciones sexuales con baja frecuencia. El riesgo no es muy elevado, y supone que, para las personas sedentarias, por cada hora de esfuerzo físico poco frecuente se eleva el riesgo de padecer un infarto de miocardio en 2-3 casos por cada 10.000 personas/año; mientras que el riesgo de muerte súbita es de 1 caso por cada 10.000 personas/año.
Aunque los resultados son llamativos, no son concluyentes, así pues, debe ser advertido la necesidad de mayor investigación para corroborar estos datos. De la misma forma, los propios investigadores entienden que existen otras variables que pueden influir directamente sobre los resultados.
Estas conclusiones crean la necesidad de recordar la necesidad de realizar actividad física frecuente para disminuir el riesgo de enfermedad cardiovascular, así pues, tal y como afirma el cardiólogo Español más internacional, el doctor Valentín Fuster, se deben potenciar las políticas a favor de la actividad física como medicina preventiva (Fuster et al., 2010). Así pues, debe destacarse que la población general debería mantener una actividad física habitual caracterizada por 30 minutos de ejercicio cardiovascular suave-moderado [que puede ser acumulado por periodos de hasta 10 minutos, e incluso menos (Murphy et al., 2009)] al menos 5 días a la semana (Pate et al., 1995) o actividad física vigorosa (tal que hacer jogging, llevar objetos pesados o practicar deporte) durante 20 minutos al menos 5 días de la semana. También existe la posibilidad de realizar combinaciones de ambas intensidades (Haskell et al., 2007). En personas susceptibles o con riesgo de enfermedad cardiovascular, la American Heart Association advierte que el ejercicio realizado de forma vigorosa puede incurrir en riesgo de infarto de miocardio y/o de muerte súbita (Thompson et al., 2007). Para finalizar, debe resaltarse la necesidad de realizar actividad física frecuente, con una intensidad moderada, y ante la necesidad de progresar hacia mayor cantidad de ejercicio del recomendado o mayor intensidad debería consultarse con un especialista para reducir al máximo los posibles riesgos cardiovasculares.


Referencias bibliográficas consultadas.
Dahabreh IJ, Paulus JK. Association of episodic physical and sexual activity with triggering of acute cardiac events: systematic review and meta-analysis. JAMA 2011; 305 (12):1225-33.
 Fuster V, Kelly B (eds). Promoting cardiovascular helath in the developing world a critical challenge to achieve global health committee on preventing the global epidemic of cardiovascular disease: Meeting the challenges in develop countries. Report from the Institute of Medicine of the National Academies. Washington, DC: National Academies Press, 2010.
Haskell WL, Lee I-Min, Pate RR, Powell KE, Blair SN, Franklin BA, Macera CA, Heath GW, Thompson PD, Bauman A. Physical activity and public health: updated recommendation for adults from the American College of Sports Medicine and the American Heart Association. Med Sci Sports Exerc 2007; 39 (8): 1423-1434.
Murphy MH, Blair SN, Murtag EM. Accumulated versus continuous exercise for health benefit: a review of empirical studies. Sports Med 2009; 39 (1): 29-43.
Pate RR, Pratt M, Blair SN, Haskell WL, Macera CA, Bouchard C, Buchner D et al. Physical activity and public health: a recommendation from the Centers for Disease Control and Prevention and the American College of Sports Medicine. JAMA 1995; 273:402-407.
Thompson PD, Franklin BA, Balady GJ, Blair SN, Corrado D, Estes M, Fulton JE, et al. Exercise and acute cardiovascular events placing the risks into perspective. A scientific statement from the American Heart Association Council on nutrition, physical activity, and metabolism and the Council on clinical cardiology. Circulation 2007; 115:2358-2368.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Personal trainer, ¿qué es mejor el jalón al pecho o las dominadas?

Una de las preguntas más habituales en las salas de musculación es “entrenador, ¿qué es mejor, jalón al pecho o dominadas? Para poder contestar hemos acudido a un reciente estudio publicado en Sports Biomechanics . En este trabajo los investigadores seleccionaron a 9 sujetos jóvenes asintomáticos y con al menos 12 meses de experiencia en el entrenamiento de fuerza. Para asegurar y estandarizar el agarre en ambos ejercicios para todos los sujetos, se procedió a medir la distancia desde C7 hasta la 1ª articulación metacarpofalángica en posición de flexión con el codo totalmente extendido y el hombro en abducción. Una vez tomadas estas medidas la muestra realizar una prueba de fuerza máxima en jalón al pecho (media de 79.5   ± 11.6) en base al número de repeticiones máximas que se habían realizado en el ejercicio de dominadas (una media de 10   ± 3) (es decir si un sujeto ejecutaba 3 repeticiones en dominadas, para el ejercicio de jalón al pecho se realizaba una prueba de 3RM).

Ejercicio isométrico en personas con hipertensión

Tradicionalmente se ha restringido sino contraindicado, el ejercicio de fuerza en personas con hipertensión arterial. Particularmente porque con la isometría o la cuasi-isometría muscular se alcanzaban  valores muy elevados de fuerza y podría generar alteraciones cardiocirculatorias indeseables. En los últimos años, ha sido aplicada la isometría en personas con hipertensión arterial con resultados muy alentadores. En mi experiencia personal con 2 personas afectadas por la hipertensión - obviamente nada significativamente estadístico -, tras 6 semanas de entrenamiento aplicando el protocolo descrito por Millar et al., (2013), tanto para manos como para piernas, se han reducido los valores de tensión arterial sistólica de un entrenado en 15 mmHg y 12 mmHg en el otro. Bien es cierto, que la aplicación durante los ejercicios isométricos se OBLIGABA  a ventilar y al finalizar las series se tomaba la tensión arterial para detectar cualquier fluctuación anómala. Se debe recordar

PULL-OVER, UNA ALTERNATIVA PARA EL ENTRENAMIENTO PECTORAL

El ejercicio conocido como Pull-Over ha sido un ejercicio escasamente estudiado, y por tanto, ha sido objeto de confusiones y falsas creencias. A la hora de analizar un ejercicio de entrenamiento de fuerza se debe prestar atención a dos parámetros de gran importancia, la eficacia y la seguridad.  Atendiendo a la  variable de eficacia, se deben conocer las involucraciones musculares durante este ejercicio, sin embargo, estas  no habían sido cuantificadas. Se conocía que permitía activar los grupos musculares del deltoides, pectoral, serrato anterior y gran dorsal (Stiggins & Allsen, 1984). Fruto de esta escasez de datos objetivos no se conocía si se trata de un ejercicio donde predomine la actividad del pectoral o la del dorsal. Para dar contestación a esta incógnita, Marchetti  y Uchida  (2011) llevaron a cabo una investigación con electromiografía de superficie y pudieron observar mayores niveles de activación por parte del pectoral mayor ( imagen 1 ). Por lo tan